Recuerdo el primer Día de SAN CECILIO que tuve en mi niñez: la mayor fortuna de pasar en esta cautivadora ciudad de Granada. Eran aquellos años, en el que las gentes de mediana edad, también muchos jóvenes u otros que se acercaban a la senectud, iniciaban la romería por las calles de Granada en un ambiente festivo, alegre por más, musical si se apura, en grupos más o menos numerosos, familias enteras, con un rumbo fijo, hacia la ABADÍA.
Atravesando el Albayzín, subiendo por aquellas estrechas y empinadas calles, con la enorme recompensa del paisaje más bello del mundo, con cientos de personas admirando los cármenes, y después, las cuevas que adornan el camino y ese olor tan característico que destila esta ciudad, cuando la fiesta se apropia de ella, acogiendo a los feligreses que agnósticamente se acercaban hasta el destino donde siempre espera el Patrón lleno de ansiedad para recibir a "sus granaín@s".
Al pasar los años, también recuerdo aquel día fantástico, maravilloso, compartido con amigos que ya lo serían para el resto de mi vida, aunque pasasen diez años sin vernos. La tarde fue cayendo lentamente, como negándose a abandonar la ABADÍA, simulando lágrimas caídas del cielo que querían permanecer por siempre; la noche se apoderaba del entorno, esperando la lluvia que había de llegar; las piedras del monte santo brillando como estrellas de la fiesta, y la bulla del personal buscando donde colocarse para degustar las viandas preparadas para este evento, precipitadamente, porque no había rincón libre que albergase a tanto lugareño y visitante. Todo acabó con la placidez melancólica del día, y el regreso, al día siguiente, a la actividad de cada cual, con la más absoluta normalidad.
Hoy el día ha nacido espléndido, dulcemente vivido y lentamente desaparecido para ser una fiesta fugaz, pero también muy hermosa.
Y todo ha quedado ahí, en el recuerdo para siempre; fiesta en la que se han escuchado todas las lenguas del mundo, sin que las canciones de los grupos flamencos rompieran el sonido de la gente; fiesta en la que el vino corría en vasos pequeños y la alegría grande; fiesta en la que todo el mundo era uno, y en la que la tradición nacía y moría, porque el objetivo último era la tradición misma.
Esta es la Fiesta de SAN CECILIO en la ABADÍA.
WEBGRAFÍA
- Historia y Origen de la romería de San Cecilio
- ROMERÍA DE SAN CECILIO, A LA ABADÍA DEL SACROMONTE
- San Cecilio en Granada - Día del Patrón de Granada
- San Cecilio, patrón de Granada inventado por los moriscos
- Cecilio de Granada - Wikipedia
- ¿Por qué San Cecilio es el patrón de Granada?